SIGO DISPONIBLE
Varios colegios han presentado mi candidatura a la
presidencia del Consejo Superior, sin que yo lo haya solicitado expresamente
(vaya desde aquí mi agradecimiento) y para mantener mi oferta de disponibilidad
he enviado al Consejo el documento de aceptación.
Estoy dispuesto -y creo que preparado- para ejercer la
Presidencia del CSCAE, pero no ambiciono
en absoluto ocupar el cargo, por lo que no voy a actuar como candidato
asediando directamente o a través de terceros a los 19 electores, que por mi
parte pueden estar tranquilos. Obviamente contestaré encantado cualquier
llamada y me ofrezco gustoso a participar en actos electorales colectivos o no
y a entrevistarme con quien desee hablar conmigo.
Entiendo que el juego de hacer cábalas sobre cómo va
a votar cada uno de los 19 en función de cómo crea que van a votar “los demás” puede ser muy divertido
pero no me interesa. En estos delicados momentos lo que hay que pensar es qué
es lo que conviene a la profesión y dejarse de quinielas.
Espero que el que no busque activamente ser elegido
no se tome como una muestra de soberbia. Al declarar mi disponibilidad estoy
cumpliendo con una obligación moral y me someto al juicio de quienes tienen la
responsabilidad de elegir. No tengo, por otra parte, ninguna contrapartida que
ofrecer a cambio del voto; en los puestos de responsabilidad que he ocupado no
he hecho nunca un favor a nadie, al menos de forma consciente, ni he llegado a
ningún acuerdo que no fuera conocido por el colectivo.
El año que viene cumpliré el medio siglo como
arquitecto y los 74 años de edad. Tengo la suerte de estar en perfectas
condiciones físicas y mentales (aunque esta aventura pudiera hacer dudar de lo
segundo); durante ese medio siglo he considerado mi obligación hacia una
profesión a la que debo mucho, participar activamente en la vida académica y
colegial, por lo que mucha gente me
conoce o cree conocerme, pero por si acaso aclararé algunas cuestiones:
- En las instituciones que he dirigido siempre he actuado con un absoluto respeto hacia los órganos colegiados que me ha tocado presidir, discutiendo los asuntos sólo en la mesa, sin reuniones secretas para captar voluntades, y he respetado e implementado las decisiones colegiadas en los pocos casos en que no estaba de acuerdo con lo decidido por no haber podido convencer a la mayoría de mi opinión, o no haber sido convencido por los argumentos contrarios.
- Tengo una buena estadística de éxitos en negociaciones complicadas con las administraciones públicas.
- Respeto escrupulosamente los estatutos, de hecho he intervenido activamente en la redacción de varios, entre ellos el del Colegio de Madrid y el aprobado, hace un año, del Consejo Superior de Colegios.
- Con frecuencia me he permitido el lujo (costoso en este país) de expresarme con completa libertad, salvo en los periodos en que he ostentado cargos en instituciones que hubieran podido ser comprometidas por mis acciones u opiniones.
30 de Septiembre de 2013.
Ricardo Aroca Hernández-Ros
No hay comentarios:
Publicar un comentario