En este momento y en los próximos meses el
problema real que tenemos en la profesión es el proceso de tramitación de la
LCSP, y no tanto por lo que tiene de cautelas injustificadas respecto al
funcionamiento de los colegios, sino porque en el proceso podrían modificar
la LOE.
En la versión publicada del anteproyecto de
ley aparecen unas “comisiones” no bien definidas que van a hacer propuestas y
no hay ninguna derogación expresa de las reservas de actividad contenidas en la
LOE, pero hay que recordar que en el primer documento que circuló a principios
de año sí la había y podría reaparecer en el proyecto definitivo para que las
comisiones que van a estudiar las atribuciones puedan ser eficaces.
Es un disparate que
pretextando un hipotético abaratamiento de servicios y un inexistente mandato
europeo se “liberalice” la actuación sobre los espacios habitables propiciando
la actividad de técnicos que no han recibido formación al respecto.
Nuestra defensa de la
necesidad de que las cosas las hagan quienes han recibido una formación
específica sería más convincente si admitiéramos, y no solo de hecho, sino
reconociendo su autoría como ya hacen algunos colegios (pero no todos), la
intervención de otros técnicos competentes en los proyectos parciales del
proyecto de ejecución.
En el mes de abril ya entregué al presidente
del Consejo Superior el documento nº 8 y le insté a tratar el tema con otros
colegios antes de que la resurrección de un tema, que en el Consejo daban por
“enterrado”, endureciera la posición de los interlocutores.
Labastida y yo recibimos
el encargo de redactar un nuevo documento del que tengo varias versiones, una
de ellas es el documento nº 9. Nunca más se supo.
27 de Septiembre de 2013
Ricardo Aroca Hernández-Ros
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