SOBRE MI POSICIÓN ANTE LA ELECCIÓN.
En el documento número 1 hice pública mi declaración de disponibilidad
transmitida a través de mi decano.
En el documento número 2 adquirí una serie de compromisos que me parecía que podrían hacer algo más transparente el proceso.
En el documento número 2 adquirí una serie de compromisos que me parecía que podrían hacer algo más transparente el proceso.
Uno de ellos ya no será posible; un número suficiente de colegios ha pedido la convocatoria de una asamblea que el presidente ha dejado para el mes de diciembre, pasadas las elecciones, de manera que si llego a presentar mi candidatura daré publicidad al programa antes de la elección, pero no podré solicitar la opinión de la asamblea.
Adquirí además otro compromiso que mantengo pero explicaré aquí algo
más, ya que parece haberse interpretado mal:
Una vez promulgada la Ley de Colegios y Servicios Profesionales (LCSP)
y publicados los nuevos estatutos, y en todo caso dentro del próximo año, propondré al pleno la convocatoria de
elecciones a presidente.
Las razones son obvias (al menos para mí), no quiero retrasar un
cambio generacional necesario en el consejo y entiendo que mi candidatura, de
tener sentido, solo lo tiene la excepcional situación con la que nos
enfrentamos.
Quedará en manos del pleno aceptar o no la propuesta según convenga en ese momento y acataré su decisión absteniéndome de ejercer presión en ningún sentido.
Los momentos difíciles requieren cambios en la
manera de hacer las cosas, en este caso abandonar el discurso pragmático de ¿qué
van a hacer los demás? Y sustituirlo por el ¿qué conviene a la profesión en la
situación presente?
En esa idea formulé mi declaración de disponibilidad, que reitero.
Madrid, 20 de Septiembre de 2013.
Ricardo Aroca Hernández-Ros.
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