viernes, 20 de septiembre de 2013

20 de Septiembre de 2013 (documento 4)


SOBRE LA ELECCIÓN DE PRESIDENTE DEL CONSEJO SUPERIOR.

Con un cuerpo electoral tan reducido y además con voto secreto, la trastienda del proceso sería muy divertida si se llegara a conocer en su integridad, aunque fuera a posteriori.

El procedimiento propicia que, en lugar de plantearse la pregunta ¿a quién conviene a la profesión que elijamos? que nunca estaría de más en circunstancias normales pero resulta vital en la crítica situación actual, aparece la pregunta alternativa ¿quién tiene probabilidades de ser elegido?, lo que lleva inevitablemente a cada consejero, más que a plantearse la primera pregunta, a pensar que van a hacer “los demás”.

El procedimiento habitual de los candidatos es ir acumulando lealtades más o menos firmes (la suma de compromisos de voto suele exceder al total de votantes). En primera vuelta es necesaria una mayoría absoluta y en las siguientes votaciones basta la mayoría simple.

Si el actual presidente Ludevid no se hubiera dedicado en estos cuatro años a la política interna de la profesión (en alguna conversación me demostró conocer las interioridades del Colegio de Madrid bastante mejor que yo) en lugar de trabajar hacia fuera estableciendo lazos con el gobierno y con otras profesiones, no tendría la reelección tan segura como dice, pero los arquitectos estaríamos en mejor situación en la que estamos.

Un grupo minoritario de decanos se ha significado como contrario a la reelección del señor Ludevid y su posibilidad de éxito depende de que hagan una apuesta que aglutine a los que declaran abiertamente que desean un cambio, y convenza a los dudosos e incluso que a los que parecen en este momento decantarse por la continuidad.

Hay que reconocer que la decisión de los consejeros, ya de por sí difícil, se complica por la inadmisible ingerencia del presidente en los asuntos internos de cada colegio, favoreciendo candidaturas que le pudieran resultar afines.

En el juego de la elección, tal como está planteada, cabe que haya más de un candidato alternativo, en cuyo caso preveo que habrá un juego subterráneo entre los candidatos para captar votos no favorables a la continuidad y quedar mejor en la primera vuelta en la que aumentarán las probabilidades del señor Ludevid, que para más de un indeciso o no totalmente decidido, significará el orden frente al caos y la división.

Madrid, 20 de Septiembre de 2013. 

Ricardo Aroca Hernández-Ros.

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